El proyecto de sucesión de Lula para las elecciones presidenciales del próximo año está cada vez más complicado. Su candidata, la jefe de gabinete Dilma Rousseff (PT), tiene una intención de voto que ronda los 16 puntos, lejos del 37% que hoy cuenta el opositor gobernador de San Pablo, José Serra (PSDB).
Como si el panorama no fuera lo suficientemente adverso para Rousseff y Lula, estos últimos días el escenario para el oficialismo se complicó aún más: recientemente trascendió que Marina Silva, senadora del PT y ex ministra de Ambiente del actual gobierno, renunciaría su banca y se colocaría al frente del Partido Verde, con la intención de disputar las presidenciales de 2010.
La eventual candidatura de Silva perjudicará a Rousseff no sólo por su condición de mujer -cualidad que en la región se exalta políticamente y donde Brasil no es la excepción- sino que también se trata de una candidata del PT disidente con un discurso ambientalista, una plataforma sumamente enraizada en la población brasileña que promete quitarle votos al electorado disconforme del PT. Este hecho, sin embargo, se produce dentro de las reglas de juego de la política.
Denuncias contra Rousseff. El problema para la candidata de Lula es que, fuera de lo estrictamente político, está al borde de protagonizar un escándalo en la política brasileña, en un momento en que todavía no se oficializaron las candidaturas para 2010. Sucede que en estos días, la ex secretaria del fisco brasileño, Lina Vieira, reveló que la jefa de gabinete de Lula le habría sugerido a la entonces secretaria que concluyera las investigaciones vinculadas con las empresas de la familia del ex presidente de Brasil, José Sarney, sospechadas de graves irregularidades.
No es esta la primera vez que Dilma sufre una dura acusación. A comienzos de año, a raíz de su condición de ex guerrillera, la candidata de Lula fue acusada de entregar a compañeros durante la lucha armada; hechos que ella sistemáticamente negó.
También recibió hace unos meses otra dura acusación que no logró justificar del todo: el currículum de Rousseff colocado en el sitio oficial de la jefatura de gabinete indicaba que ella tenía una maestría en teoría económica por la Universidad de Campinas (Unicamp), mientras que a su vez sostenía que estaba realizando un doctorado en economía monetaria y financiera por la misma institución.
Consultado al respecto, el director del registro académico de la Unicamp resaltó que la jefa de gabinete "nunca se matriculó en ningún curso de maestría", algo que implícitamente implica a la pre-candidata en el delito de usurpación de título, que según el artículo 299 del Código Penal brasileño puede resultar entre uno y cinco años de prisión. En aquélla ocasión, Rousseff buscó justificarse diciendo que había tomado algunos créditos, pero luego resaltó que se debía a un error del sitio de la jefatura de gabinete que prometió corregir.
La denuncia de Vieira. La denuncia de Lina Vieira, sin embargo, es la más fuerte que ha recibido la candidata de Lula en lo que va del año, dado que su testimonio compromete doblemente a Rousseff. Por un lado, la vincula con José Sarney en un momento en que el ex presidente de Brasil y actual presidente del Senado está siendo investigado por todo tipo de irregularidades que lo vinculan con nombramientos de familiares en la Cámara alta hasta la malversación de fondos de Petrobras para la fundación que lleva su nombre en el Maranhao.
Cabe recordar que la única razón por la cual Sarney todavía no ha caído obedece al abierto apoyo que viene recibiendo de Lula, ya que el partido del ex presidente, el PMDB, es el más numeroso en ambas cámaras, y Lula necesita de su apoyo para las presidenciales del 2010 como también para la investigación parlamentaria contra la estatal petrolera brasileña, Petrobras, hoy blindada de todo tipo de acusaciones por un pacto entre el PT y el PMDB en el Senado. Lujos que un presidente con un índice de popularidad que ronda los 75 puntos puede darse en su séptimo y anteúltimo año de mandato.
El otro hecho que se desprende de la denuncia, y que es más grave aún, consiste en que alguien está faltando a la verdad, dado que Rousseff negó sistemáticamente el encuentro con Vieira.
Lula no vaciló en desafiar abiertamente a Vieira instándola a que revelara su agenda, para demostrar si realmente hubo un encuentro entre ambas funcionarias tal como lo señala la ex secretaria.
Lo que ya fue comprobado hasta el momento y complica aún más a Rousseff, es que su asesora visitó en reiteradas ocasiones el Palacio de Hacienda, algo que forma parte del testimonio de Vieira quien relata que a través de ella pautaron un encuentro en el Planalto, sede del Ejecutivo brasileño.
Las cartas de ambas funcionarias ya están jugadas, pero independientemente de su resultado, todo indica que la candidata de Lula deberá arrastrar esta dura acusación sobre sus espaldas durante los próximos meses en un contexto pre-electoral sumamente difícil para el partido gobernante.
quarta-feira, 19 de agosto de 2009
Opinião: Denuncias que complican a la candidata de Lula
Por Rodrigo Mallea Fuente: La Nación (Bs.As.) Fecha: 19 Ago 09
Assinar:
Postar comentários (Atom)
Nenhum comentário:
Postar um comentário